Precisamente es esta entrega al Ser Esencial la que conduce a confiar en el inconsciente, no considerándolo un enemigo sino un aliado, aceptando que en lo más profundo de su oscuridad hay un punto brillante y todopoderoso -unido a la energía universal y la Conciencia divina- al que puede llamar Dios Interior. En el Evangelio de san Lucas, cuando el ángel Gabriel se presenta ante la Virgen, después de saludarla lo primero que hace es decirle «No temas, porque has hallado gracia delante de Dios...». Puede esto entenderse psicológicamente en el sentido de que Gabriel (el Ser Esencial) hace que María (el Ego en estado de gracia -unión con la totalidad-) se entregue a la acción transmutadora del Dios Interior (única dimensión de la psique capaz de vencer todos los miedos).
En las antiguas tradiciones mágicas se ha dado siempre una gran importancia a la palabra. Así, cuando un mago lucha para combatir una enfermedad recita encantos, y las religiones hacen uso de rezos, oraciones en voz alta, votos, mantras, etc. La constante repetición de ciertas palabras sagradas unifica la mente, sacándola del círculo vicioso de su continuo diálogo interior. Una nueva idea, repetida con fe y voluntad, puede abrir puertas en la cárcel mental que provoque la necesaria mutación liberadora.
Cada vez que al/la consultante lo aqueje un temor, éstos son los encantos psicomágicos que debe repetirse en voz alta:
Tengo Miedo...
a cambiar
Para avanzar por el camino de la Conciencia, debo aceptar la muerte de las concepciones que tengo de mí mismo.
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a desear
La energía sexual es sagrada. Dejo de negarme a mí mismo y de ocultarme.
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a enfermar
Las enfermedades corporales son maestras que pueden curar mis enfermedades del alma.
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a envejecer
El tiempo es mi aliado, me aporta sabiduría.
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a fracasar
Todo es fracaso porque nada es eterno. El único triunfo verdadero es la realización de mi Conciencia.
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a la humillación
Si venzo mi orgullo, nadie me puede humillar.
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a la noche
La noche siempre está unida al día.
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a la pobreza
La creatividad del Ser Esencial es mi riqueza.
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a la soledad
Si me abro al mundo, todo me acompaña.
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a la violencia
Dominaré mi propia agresividad, dejaré de proyectar mi cólera en el mundo.
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a morir
La muerte es una ilusión del ego individual. El universo del que yo formo parte es eterno e infinito. De una forma u otra, existiré siempre.
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a no poder comunicar
Mi Dios Interior conoce todos los lenguajes.
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a no poder resistir la Verdad
Lo que la Verdad destruye en mí es la escoria, lo que no soy, los límites implantados por la trampa del pasado. Dejaré de afirmar mi ego, me entregaré a mi Ser Esencial.
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a no progresar
Si me identifico con el universo, me uno a su incesante expansión.
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a no ser deseado
El universo me ha dado la fuerza de nacer. La Conciencia divina me desea.
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a no ser lógico
El universo no obedece a leyes lógicas. La «lógica» del cerebro humano es «locura» para el universo.
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a perder la definición
La suma de todas las definiciones es mi definición. Incluso la no definición me define.
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a perder la identidad
Los límites de mi ego sólo son útiles por cierto tiempo, no debo aferrarme a ellos creyendo que son mi identidad. Mi mente, obedeciendo a los proyectos del futuro, luchará por expandirse, hasta llegar a ser lo que es: Conciencia cósmica.
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a perder la seducción
Si me libero de mis deseos, la seducción me parecerá inútil a perder mis capacidades Mi Dios Interior es inextinguible.
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a perder un combate
Perder un combate no es perderse a sí mismo.
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a que me obliguen a callar
Si tengo algo que decir, lo diré en el mundo; si no lo puedo decir en el mundo, lo diré en mi país; si no lo puedo decir en mi país, lo diré en mi ciudad; si no lo puedo decir en mi ciudad, lo diré en mi casa; si no lo puedo decir en mi casa, lo diré en mí mismo: los seres humanos forman una unidad. Lo que yo me diga a mí mismo, resonará en el inconsciente colectivo.
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a que me roben
Lo que me pueden robar, nunca fue mío. El Ser Esencial es permanente.
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a ser decepcionado en el amor
Mi certeza emocional es amar sin pedir ser amado.
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a ser desfigurado
Si no me identifico con mi cara, me integro en la impersonalidad de mi indestructible Ser Esencial.
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a ser encarcelado
Sólo me pueden encarcelar el cuerpo, mi espíritu es esencialmente libre.
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a ser estéril
En todo momento el infinito me insemina. El alma es mi hija suprema.
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a ser herido, amputado o disminuido físicamente
Soy un espíritu que tiene un cuerpo y no un cuerpo que tiene un espíritu. Aunque pierda todo mi cuerpo, continuaré existiendo en otra dimensión.
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a ser invadido
Soy infinito, el universo es mi cuerpo.
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a ser violado
Vejar mi carne no es ensuciar mi espíritu.
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al vacío
Si dejo de identificarme con mi ego (el vacío donde temo caer), mi Ser Esencial cae en mí.
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Extraído de: “Manual de psicomagia. Consejos para sanar su vida“, de Alejandro Jodorowsky
Montaje de Imagen: Manny Jaef
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