martes, 4 de agosto de 2015

La Culpa Y La Enfermedad


Una crisis de culpabilidad provoca emociones asombrosas e intensas (ira, rencor, desesperación y hasta odio). Anula casi todos los intentos de entender la situación y abre las puertas a toda clase de comportamientos erráticos.

El caos tremendo de una crisis de este tipo afecta a todos los aspectos de la vida. Desencadena emociones nuevas, fuertes alteraciones de la rutina normal, síntomas físicos de enfermedades y crea tensiones en las relaciones con los demás. También afecta profundamente la visión que se tiene de sí mism@ y de la vida.

Por lo general la culpabilidad nos lleva al autocastigo y éste a la enfermedad, por eso es muy importante que seamos coherentes con nosotr@s mism@s y que aprendamos a desprogramarnos de condicionantes familiares, sociales, culturales, religiosos, etc..

Otros “invitados de honor” que se presentan ante éstas crisis son: el miedo, la tristeza, el resentimiento, el enfado, el mal humor, el pesimismo, la desconfianza, la baja autoestima, la comparación, la depresión, el remordimiento, la angustia, la ansiedad, el estrés y también incluyo las somatizaciones que el cuerpo tiene cuando hemos retenido las mencionadas emociones.

Me gustaría concluir este artículo con una frase de Alejandro Jodorowsky que lo resume magistralmente todo: “El peor obstáculo del intelecto es el miedo; del sentimiento, el odio; del sexo, la culpabilidad; del cuerpo, la enfermedad”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario