La honestidad verdadera es una expresión de amor y por ende demuestra respeto por la persona como también a la relación. Eso permite revelación y previene secretos y barreras que puedan impedir el desarrollo del corazón. La honestidad que no expresa cuidado y aprensión no es auténtica.
La honestidad no es una excusa por ser poco amable. Es posible ser al mismo tiempo honesto y sensible. Ocasionalmente tenemos que decir cosas que la otra persona no quiera escuchar. La amabilidad no significa mantener nuestra boca cerrada en esos casos. Más bien, significa cuidar suficientemente a la otra persona y la integridad de la relación para expresar la verdad en una manera respetuosa. Decir la verdad no significa soltar todo lo que está en nuestra mente. Es necesario la discreción, la sensibilidad y un tiempo oportuno.
De hecho, cuando eres tanto honesto como sensible, las personas serán capaces de aceptar lo que estás diciendo mucho más fácil. Sólo el saber muy bien de alguien (tales como su madre, padre, hermana, hermano o amigo cercano) no te da el permiso para ser cruel. La amistad requiere su propia maestría al relacionarse bien con los demás. Podrías ayudar a los demás a ver cosas importantes que se han ignorado, pero la manera en como lo haces es lo que cuenta. Si puedes ser sensible, tus amigos probablemente apreciarían tu honestidad genuinamente.
Cuestionario para Reflexionar:
¿Qué tiene que hacer la honestidad en las relaciones personales?
¿Qué significa ser honesto contigo mismo?
¿Qué significa el auto-engaño?
¿Cómo sería vivir en una sociedad donde nadie es honesto?
¿Cómo te sientes al ser mentido?
Si alguien que conoces te miente y luego te pide perdón, ¿puedes confiar fácilmente, o toma tiempo para restablecer la confianza?
¿Cómo la mentira afecta tu carácter?
¿Qué significa “racionalizar” algo? ¿Por qué la gente hace esto?
Imagen: Cooking by Stepanka Klecanska
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