domingo, 7 de septiembre de 2014

El Desafío De No Hacer Nada

“La inteligencia de la naturaleza hace que las cosas funcionen con el menor esfuerzo, con armonía y amor. Por ejemplo, una rosa no lucha por nacer, simplemente lo hace; una estrella no lucha por brillar, simplemente lo hace; un ave no lucha por volar, simplemente vuela. Los seres humanos a veces se esfuerzan demasiado por conseguir lo que desean y fuerzan las situaciones con tal de alcanzar sus metas, y no debe ser así. Aceptar lo que sucede con armonía, alegría y amor hace que la fortuna crezca a tu alrededor. El secreto está en aceptar lo que sucede en el presente, no querer tener siempre la razón y observar la inteligencia de la naturaleza”.

Deepak Chopra

No hacer nada es uno de los conceptos que como occidentales más nos puede costar de entender. Estamos educados desde niños para hacer cosas constantemente y bajo la idea de que no hacer nada es perder el tiempo. No hacer nada no significa que “nunca tengamos que hacer nada” sino que en ocasiones, podemos relajarnos en ese no hacer nada. No somos monjes Zen y por tanto no es necesario que lo apliquemos todo el tiempo. Tenemos nuestra vida, obligaciones, trabajo, familia, etc... Pero poder estar en ocasiones sin la presión de tener que estar haciendo algo, puede darnos un espacio de enorme paz interior y relajación.

Porque además todo ese movimiento frenético al que tantas veces nos sometemos, suele tener oculto un objetivo más o menos reconocido, que es el intento vano de tener el control sobre nuestra vida. Y digo vano porque por mucho que planifiquemos y organicemos, las cosas pueden salir de un modo completamente distinto al esperado. Eso no implica que tengamos que dejar de planificar, pero si que conviene hacerlo sin caer en la obsesión por el control, ya que este, nos guste o no, nos será siempre negado.

Es nuestra pelea con la realidad, nuestro intento de que las cosas sean como nosotros queremos, lo que hace que muchas veces nos sintamos mal. Está bien tener ilusiones y sueños, querer conseguir objetivos. Es una manera de sentirnos motivados. Pero hemos de ser conscientes de que a veces la vida se manifiesta de otro modo y no podemos hacer nada para evitarlo. Y por eso, en este Verano zen, podemos aprovechar el hecho de tener menos obligaciones, para dejarnos mecer por la corriente de la vida y permitir que el viento nos lleve dónde quiera y al llegar, ser capaces de disfrutar del lugar en dónde estemos, sin expectativas previas. Y repito lo dicho, no es necesario que lo hagas así todos los días y durante todo el tiempo, pero tal vez es buena idea permitirse algún momento de dejarse llevar sin más.

Como dice Paul Reps: Sentado tranquilamente, sin hacer nada, llega la primavera y crece la hierba por sí misma.

¿Cees que distingues cuando conviene actuar y cuándo no hacer nada?

Este post está inspirado en la obra Sabiduría zen para la vida cotidiana de Brenda Shoshanna.


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Imagen: Relax by Eibo-Jeddah
Montaje de Imagen: Manny Jaef 
@alejodorowsky en Twitter

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