viernes, 16 de octubre de 2015

El Sublime Riesgo De Cambiar


En un estado de mutua contemplación y sumergidos en una fuente de profunda admiración, se encontraban los enamorados. Él, en estado de gozo por tener a su lado a la que se convertiría en su mayor hallazgo, su tesoro más preciado, y ella, sumergida en dicha plena por el regalo que el Universo le había concedido en el planeta tierra, sin temor alguno, era el amor de su vida. El uno se complementa con el otro, eran las conclusiones que salían a flote en el aire, no había que confirmar nada, todo tenía una intrínseca obviedad, inocua, indiscutible, soñada. Como un misterio sin resolver, se observaban, se miraban, se rozaban piel con piel.

Su primer reencuentro en la tierra fue mágico. Les tomó un tiempo comprobar, y darle crédito al corazón de tanta belleza terrenal y a la vez, subliminal, de lo que había sido un encuentro casual, de esos que llaman amor a primera vista, de esos que se cree, no existen.

De repente, ella interrumpe el sublime silencio y le pregunta a su enamorado:
– Si yo no fuera yo, ¿en cuál ser viviente del planeta Tierra tú elegirías que yo soy?
– Elijo que seas Secoya -le contesta él, seguro de lo sublime del contenido en su respuesta-.
– ¿Que son las Secoyas? -pregunta ella-.
– Son unos sabios inmensos convertidos en árboles gigantes que conversan con Maestros y Sabios todo el tiempo. -le dice él-.

– Y ella inmediatamente los buscó en la red, los invocó y los alabó, se los imaginó al frente suyo y se los dibujó en su cuerpo como tatuajes amalgamados entre la sangre y sus huesos, haciendo resonancia con su ser esencial para llegar a verse como su amado la ve, además, se dio cuenta que este estado, este descubrimiento de su ser esencial, era el resultado que tanto perseveró por alcanzar y que fue una de las razones por las que ella se había arriesgado lanzándose al vacío, dejando atrás un pasado tormentoso, de futuros inciertos y neurosis de barcos viejos anclados en las entrañas sin promesas para avanzar.

El eco de su voz llegó al corazón de su amada penetrándole los huesos, así como el aire cuando atraviesa los pulmones oxigenando los sentidos milímetro a milímetro, en ese instante, el corazón de su amada resurgió de la tristeza que arrastraba como hojas secas, ella sintió que había renacido, que había valido la espera después de atravesar océanos y montañas, después de vencer brujas, villanos y gigantes, él es el regalo que al final del túnel, el universo les tenía reservado.
En ese momento entendió lo trascendental y sublime que es arriesgarse a cambiar.

Mensajes:

Cuando se arriesga a cambiar y se acepta con mente abierta, corazón dispuesto, sin juzgar, ni esperar nada a cambio de nadie, convencidos de que lo que se está haciendo es para mejorar la calidad de vida y superar pasados angustiosos, con la firme convicción de que queremos cambiar malos hábitos por buenos hábitos, aceptando a cada uno de los seres que pasaron por nuestras vidas, así sea que nos hicieron bien o mal, y tomar conciencia que eso que vivimos y nos afectó, no lo queremos volver a repetir.
Comprometidos en que nos vamos asechar como los búhos, para que en el instante en que la pesadumbre nos acongoje, tengamos la capacidad de corregirnos con objetividad, con amor, humildad y compasión por nosotros para lograr mutar y así trascender a nuestra verdadera esencia.
Es así como por arte de magia, en el momento menos pensado, lo que con fuerzas le pedimos al universo, se empieza a materializar en nuestras vidas, pero para ello necesitamos disciplina, constancia, confianza y paciencia.
(LinaMarin)

Alejandro Jodorowsky en un fragmento de Evangelios Para Sanar:

Es muy difícil para los seres humanos cambiar su ley. Mentalmente, cada uno de nosotros posee una “ley de Moisés” que yo llamo trampa. Podemos aplicarla en nuestra cotidianidad y decirle a alguien “estas en la trampa”.
Por ejemplo “Si eres hijo o hija de un alcohólico, incluso si detestas la bebida, la vas a amar, incluso si odias su vicio tendrás relación con él”. O “Si eres hijo o hija de un médico o si en tu familia se está en relación con la enfermedad, tendrás una relación emocional con ella: tu manera de obtener amor será enfermarte”.

Hay personas que acuden durante veinte años a terapia psicoanalítica y no cambian en absoluto “su ley de Moisés”: la mantienen.

Nos hace falta despertar y revolucionarnos. Nos hace falta absorber y transformar las energías de la trampa y decidirnos a cambiar. Si no, vamos a avanzar y decir “Estoy harto de la ley de Moisés”, pero algún tiempo después la reintegramos. Nos rebelaremos contra ella muchas veces sin jamás verdaderamente abolirla, porque salir de “la ley de Moisés” significa entrar en una nueva forma de vida en la cual todo cambiará y ya jamás seremos los mismos. Como decía Breton “Dejar lo seguro por lo incierto. Abandonar la presa por la sombra”. Esto significa vivir en el riesgo, y eso es lo que en absoluto queremos. La “ley de Moisés” garantiza el fin del riesgo porque en ella todo ha sido grabado y previsto.

Ilustración: Marina Anaya
Artículo tomado del blog de Lina Muses 

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