Es un personaje tímido, que nunca ha amado fuera de su célula familiar o que ha perdido la costumbre de eso desde hace tiempo. Su aspecto andrógino también puede indicar a una persona que aun no asume su homosexualidad. El descubrimiento del mundo emocional tienta y aterroriza a la vez: su corazón dice si, y luego no. Podría encarnar un deseo de amar mezclado con temor, que anticipa el rechazo y la herida. Evoca también el paso de la infancia a la vida adulta, el primer amor con sus dudas y sus grandes arrebatos. Asimismo, puede ser una persona de más edad que ya no se atreve a enamorarse de nuevo. Puede significar una falta de confianza en la vida y en las relaciones emocionales, una concepción pesimista del amor. En negativo, un bloqueo emocional que se remonte a miedos infantiles, una inmadurez afectiva, una tendencia a demasiada ensoñación, el espectro de una gran pena amorosa.
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Imagen: Manny Godar
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