Esta carta refleja un momento de gran apertura, de acción irresistible. En términos de realización artística, es el logro, el éxito, la creatividad realizada al servicio de uno mismo y de los demás. El yo se convierte en canal de energía sexual creativa y, en plena consciencia de su dimensión impersonal, la distribuye al mundo entero. Puede ser una relación apasionada, el don, el triunfo, la inseminación del mundo. Si es negativa, la potencia del “Siete de Bastos” es terrible. Esta carta evoca entonces la dictadura, el fascismo, la esclavitud sexual, el proxenetismo, la tortura, el sadismo, el poder destructor en todas sus formas, que envilece al otro en lugar de poner su fuerza al servicio del mundo.
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Imagen: Manny Godar
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