domingo, 8 de junio de 2014

El Tarot Que No Lee El Futuro

“El TAROT  DE MARSELLA, un alfabeto óptico que transmite el conocimiento”.
— Alejandro Jodorowsky 

¿Podríamos considerar nuestra vida fijada de antemano, inevitable, en la que sólo se nos permitiese padecerla? Cuando un consultante se inquieta por saber su futuro es porque no valora sus acciones presentes, duda. Mas el presente es un instante fugaz: lo que pesa en el desarrollo del consultante es el pasado, que puede actuar como un lastre que tiende a repetir en el futuro las experiencias traumáticas de la infancia (me hago o no me hago lo que los otros me hicieron o no me hicieron; les hago o no les hago a los otros lo que me hicieron o no me hicieron, repito lo que los otros se hicieron o no se hicieron). Y aún más, si tuviéramos que aceptar la existencia de un futuro que nos predestina, visualizaríamos el presente como un punto desde el que parten un abanico de infinitos caminos.

Al eliminar la posibilidad de la llamada “lectura del futuro”, el TAROT se convierte en una herramienta psicológica, un instrumento para el conocimiento de uno mismo. Afrontando honestamente las características de nuestra personalidad desviada podemos llegar al conocimiento de nuestra esencia real, es decir, lo que es innato en nosotros y no adquirido. Conducir al consultante a dejar de ser lo que los otros quieren que sea para llegar a ser lo que él verdaderamente es. La finalidad del Tarot se cumple cuando los arcanos se presentan convertidos en el espejo de nuestra alma.

A menudo, también, si insistimos en preguntar por ese hipotético futuro, podemos preguntarle al Tarot sobre la energía que envuelve una determinada situación que está por venir próximamente. A pesar de ello, el Tarot nunca contestará con un sí o un no, ya que nuestro futuro depende únicamente de nosotros.


A Propósito De Intentar Leer El Futuro... 

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