lunes, 30 de junio de 2014

Alejandro Jodorowsky: “Todo Es Posible”


Ayer domingo 29 de junio, en el festival Jiwapop, tuvimos la oportunidad de participar de uno de los multitudinarios talleres del polifacético Jodorowsky. Su cabaret místico, este antiteatro terapéutico, reunió a casi 1.500 personas, unidas por la atención y las ganas de conocer al artista y, por supuesto, interiorizar alguna de sus reflexiones en nuestro devenir cotidiano.

Jodorowsky nos da varias ideas, casi lemas, con el objetivo de que nos acompañen y nos ayuden a guiar nuestra vida; el primero es recordarnos que todo es posible, que nuestra voluntad y nuestra capacidad llegan mucho más lejos de lo que creemos y que los límites los ponemos nosotros; el segundo es que la humanidad es nuestra en tanto en cuanto somos parte activa y responsable de su devenir; y el tercero y más importante que si queremos cambiar debemos comenzar a trabajar y no rendirnos.

Jodorowsky comienza su exposición con una historia muy linda, la de un pueblo a la sombra de una gran montaña, en el cual, al no recibir luz solar, la gente vive enferma, las plantas y los cultivos no crecen, pero nadie lucha. Un buen día un viejecito coge una cucharita y se dirige a la montaña, cuando le ven le preguntan qué hace, “voy a mover la montaña”, sus vecinos le miran y dicen “¡se ha vuelto loco! eso es imposible”, pero él afirma “ya sé que solo no puedo, yo comienzo y ustedes ya seguirán”.

La idea de trabajar unidos, juntos, de que somos únicos importantísimos e irrepetibles pero no estamos solos, es una constante en su trabajo; también nos expone cómo nos marca la familia, el clan, ya desde el vientre materno, con las historias de la estela familiar, el nombre que nos pusieron, lo que nos han contado desde niños, lo que nos han permitido y lo que nos han prohibido, especialmente en lo relativo a la expresión emocional; y que muchas veces la necesidad de pertenencia es la soga más asfixiante.

Esta reflexión de Jodorowsky, que une tendencias educativas de las memorias prenatales, de la pedagogía sistémica, de la teoría constructivista, es la reflexión más importante que podemos hacer como padres:  el traspaso de pesos familiares no liberados merece un ejercicio consciente de desapego por el bien de las futuras generaciones, los límites que hemos vivido como hijos no debemos perpetuarlos como padres, tenemos la obligación de innovar y superar por el bien de nuestros hijos, y por su libertad para elegir y para vivir.

Os animamos a seguir y a conocer a @alejodorowsky, porque sus aportaciones son una gran herramienta de reflexión para la vida.

Extraído del Blog Dels Educadors Familiars
Montaje de Imagen: Manny Jaef (Alejandro Jodorowsky en el Jiwapop)


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