Cuando las palabras levantan vuelo como ataúdes transparentes
y de los amigos solamente queda una fugaz danza de sombras
y el corazón de roncos latidos en la torre de una aldea desierta
y el ojo que es testigo se encierra en su mirada de piedra,
para negar la soledad hago aparecer a los muertos.
Se sientan en los rincones como gatos satisfechos,
ronronean cuando los alimento con mi alma,
son humildes pero saben que esconden un tesoro verde
y esperan que el dolor de la ausencia me amarre para siempre
a la imagen de sus cuerpos que poco a poco se esfuman.
¡Adiós hijo mío, adiós mi madre, adiós mujeres, adiós amigos, he decidido convertirme en nube!
◇
Alejandro Jodorowsky [Poesía sin fin: No basta decir, p. 168]
Imagen: nubes by Fitografito
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