sábado, 17 de octubre de 2015

La Crítica Interna


Siento que me critico mucho. Después de asistir a reuniones sociales siempre pienso en lo que dije y en lo que podría haber dicho.

Ese es un mal hábito. La consciencia de uno mismo es buena, pero la auto-crítica no es buena porque nunca da en el punto. Cuando el momento se ha ido, entonces te criticas. La consciencia está en el presente y la crítica se refiere al pasado. Tú no puedes deshacerlo, no puedes repetirlo. Se ha ido, y se ha ido para siempre; nada se puede hacer al respecto. Es simplemente absurdo perder incluso un solo momento pensando en ello, porque al pensar en ello otra vez, estás desperdiciando el presente, haciendo lo mismo otra vez. Permanece consciente en lo que sea: una relación, trabajo, meditación,… cualquier cosa que sea.

Cuando algo se presenta, cuando algo está sucediendo, permanece consciente; nunca seas crítico. Porque en ese momento de consciencia, algo puede ser transformado. Si estás alerta, no harás muchas cosas; harás otras cosas. Si eres consciente, no podrás cometer los errores que continúas criticando. La consciencia nunca ha sido algo de lo cual existe alguna posibilidad de arrepentimiento. Un hombre que está consciente, nunca se arrepiente. Lo que él no podía hacer, no lo ha hecho. No tiene caso ser autocompasivo, criticarse, sentir lástima por uno mismo; todo esto es enfermedad. Así que abandónalo.

Y es una fantasía del ego. Tú haces algo y entonces empiezas a mejorarlo en la mente. Eso demuestra simplemente que has hecho algo que está por debajo de la imagen de tu ego. Has estado enojado y tú piensas siempre que eres una persona muy, muy buena, y nunca te enojas, y ahora te has enojado. Entonces más tarde ves que tu propia imagen ha caído. ¿Qué hacer? Ahora ante tus propios ojos te sientes condenado.

¿Cómo vas a mostrarle tu rostro a los demás? Y has estado difundiendo tanto que eres un buen hombre y nunca estás enojado, esto y aquéllo. ¿Qué sucede ahora con esa propaganda que has estado haciendo? No puedes decir que has estado enojado o has sido codicioso o un avaro o lo que sea. Sólo hay una manera: tirándote hacia arriba de los cordones de tus zapatos, te enderezas, te arrepientes. Tú dices: ‘Esto era incorrecto. No debería haber hecho esto. Debería haber hecho otra cosa’. Ahora estás pintando tu imagen. Estás diciendo que, “quizá estaba enojado, pero fue sólo error de un momento. Me estoy arrepintiendo de ello. Mira: hay lágrimas en mis ojos. No soy en absoluto un mal hombre”. Puedes incluso ir a la persona con quien has estado enojado y pedirle perdón, pero eso es también una fantasía del ego. Tú empezarás otra vez a sentirte bien, ¡un hombre muy bueno! Has mantenido tu respetabilidad nuevamente. La imagen de ti mismo es consagrada otra vez.

Si realmente sientes que el enojo fue incorrecto, entonces olvídate del pasado. Ahora, siempre que el enojo esté ahí, permanece alerta. Ése es el verdadero arrepentimiento. Permanece alerta. No estoy diciendo que no pidas perdón a la gente. Pídelo, pero no con arrepentimiento. No por el enojo sino por tu inconsciencia. ¿Puedes ver la diferencia?

Si has estado enojado, ve con la persona y dile: “He sido inconsciente. Me comporté como un tonto, un borracho. Estaba inconsciente, drogado. He hecho algo pero yo no estaba allí”’. Pide perdón por tu inconsciencia, no por tu enojo. Y recuerda que el problema real no es el enojo. El problema real es la inconsciencia.

Así que la próxima vez mantente más alerta. Ya sea enojo, odio, celos, posesividad, mil y una cosas están allí… pero la enfermedad verdadera es una: la inconsciencia. Todas éstas son facetas de la misma cosa. Así que si intentas cambiar — esos problemas nunca podrás hacerles frente, porque son millones.

Osho 

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