Y la Serpiente se acurrucó, su cuerpo generó anillos concéntricos dándole una forma un tanto peculiar, allí, tranquila en su reposo, se mantuvo a la espera de ser llamada al despertar.
Su cuerpo se adhería a la Tierra, sincronizando su energía vital al corazón terrestre, latido tras latido ella estaba atenta y perceptiva a lo que sucedía a su alrededor. Sabía que estaba a punto de pasarle algo importante, su piel se había debilitado con el paso del tiempo, esa piel a la que tanto amaba y con la que tantas aventuras había vivido. En su añoranza, mantenía una sensación de duelo y en ese momento decidió despedirse de ella, algo nuevo resurgía en su interior y debía atenderlo y nutrirlo para poder continuar su camino.
Hoy es momento de desapego, es hora de evaluar nuestra piel y rendirnos a la transformación interior, así tranquilos en nuestro reposo interno, debemos despedirnos de lo que en innumerables ocasiones nos ha acompañado y posiblemente nos ha ayudado a sobrevivir, pero es momento de cambio, de soltar lo viejo, agradecerlo y continuar nuestro camino, en un proceso continuo de renovación.
Es tiempo de manifestar y si eso nos resulta difícil, es que le damos muchas vueltas a las cosas, de alguna manera paramos nuestro avance, reteniendo todo aquello que creemos que aún nos sirve. Nos negamos a cambiar de enfoque, nos cuesta confiar en lo nuevo, tenemos miedo a lo desconocido.
¿Por qué pensamos que es desconocido? Pregunta el Guerrero a la Serpiente. Yo... continuó el Guerrero confío en mi instinto, puede que no sepa que viene más allá, pero de eso no puedo ocuparme porqué desatiendo el Ahora. ¿Imagínate que en medio de la lucha mi mente se fuera en busca del posible futuro previsto?, está claro que no sobreviviría.
Tu mente debe sincronizarse con tu cuerpo y viceversa, hay que estar presente en el momento de la batalla, desarrollar la percepción de adelantarte a tu contrincante y con más razón si este es el miedo. La Serpiente siente que ha llegado la hora, su cuerpo se mueve dejando ver su nueva presencia, allí, a su lado la antigua piel reposa fundiéndose con la Tierra.
Miramos al cielo y vemos las oportunidades de este instante, un nuevo traje, más fuerte, más vital nos acompaña, el instinto me dice que lo cuide porque es mi nuevo compañero de viaje, que lo atienda, lo sienta y lo respete. La Serpiente despierta.
Yo manifiesto la energía vital que hay en mí, yo soy otro tú.
Fuente: Espejo Magnético
Ilustración: Sara Fratini
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