A cada instante que pasa ante nuestros ojos y nuestro corazón damos una respuesta positiva a la eternidad. Es ahí cuando el ser humano se percata de lo maravillosa que es su existencia acompañada de los placeres físicos del cosmos. Perduramos y vivimos en un ciclo infinito de sucesos que nos acompañan a lo largo de nuestro camino por el universo.
Abrir los ojos, respirar, acatar normas, acariciar almas... Todo sucede en este mismo instante y estamos siendo testigos invidentes de tan codiciados acontecimientos. Viajamos a través de este inmensurable vortex de dimensiones infinitas.
Acepto el momento a cada segundo que transita dentro de las vías de mi existencia y me percato de que estoy predestinado a la eternidad.
Por Oscar Mata
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