martes, 12 de mayo de 2015

Quien Te Enfada, Te Domina

Por Francisco Alcaide Hernández
A veces los más cercanos son los más destructivos, ya sea por envidia o por actitudes pesimistas... pero esto es inevitable, siempre nos encontraremos por el camino todo tipo de personas con sus juicios y críticas. Decía Moliere: “El envidioso puede morir, pero la envidia nunca". Aún así, creo que el enemigo número uno somos nosotros mismos con nosotros: No puedo cambiar lo que dice aquel de mí, pero si puedo cambiar cómo me lo tomo, cómo me afecta y porqué... Decía Kant: “Con las piedras que con duro intento los críticos te lanzan, bien puedes erigirte un monumento...”.

Así es, cuando alguien te enfada con sus comentarios es porque en realidad actúas movido por tu EGO (el YO falso), que como ya hemos dicho en otras ocasiones consiste en confundir lo que soy con tres cosas: lo que tengo (dinero), lo que hago (trabajo) o lo que me valoran (reputación).

Nadie te puede enfadar sin tu consentimiento. Alguien te enfada si permites que lo que te dice te moleste. En realidad cuando alguien te enfada estás internamente diciendo: “Lo que tú piensas de mí me importa más que lo que yo pienso de mí mismo”. El poder se lo das al otro.

Casi siempre en nuestro día a día actuamos movido por el EGO (“la mayor mentira”, dice Alejandro Jodorowsky), pero cuando has aparcado tu EGO, nadie te puede hacer daño, porque lo que tú eres es independiente y está más allá de los bienes materiales, más allá del estatus del trabajo que se realiza y más allá de la opinión ajena. Uno ha alcanzado una serenidad de espíritu (equilibrio en el orden interior) que trasciende esos niveles y no te identificas con ellos.

No hay que olvidar que sólo hay dos tipos de sentimientos (y de ellos derivan los demás): amor o miedo; y el miedo (miedo al fracaso, al ridículo, a no gustar...) es producto del EGO (algo así como Edge God Out); por tanto, en cuanto desaparece el EGO, desaparece el miedo. No hay nada que temer porque no hay nada que perder. Además, si te idenficas con tu EGO (falso YO), y pierdes tus bienes materiales (lo que tengo), o tu trabajo (lo que hago), o tu reconocimiento social (lo que me valoran), entonces no te queda nada.

En el fondo el EGO existe porque nos alejamos de nuestra esencia, de nuestro YO único e irrepetible y nos identificamos con un personaje (el otro YO, el falso YO). Olvidamos que nadie puede ser ni mejor ni peor que tú, porque tú eres único; y tú como tal, tienes tu hueco en este mundo. Todos los problemas vienen por no conectar con nosotros mismos (sino con nuestro YO falso), y eso produce muchas insatisfacciones.

Imagen: E.G.O. = Edge God Out by blainenewcomb


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