El concepto de “diagonal” viene a aclararnos cuales son nuestras motivaciones fundamentales, el modo en que nuestras energías se activan para interaccionar con el otro y cual es nuestro programa preferente de percibir el mundo y de reaccionar ante lo que nos rodea. Sabemos que la energía se distribuye en cuatro centros pero éstos, a consecuencia de la imprimación que hacen en cada persona su familia, la humanidad y la cultura, se aparean en dos diagonales:
● Diagonal fría: egos intelectual y material
● Diagonal caliente: egos emocional y creativo-sexual
Conocer nuestra diagonal fría:
- ¿Hay creencias morales, religiosas y/o políticas rígidas en mi árbol?
- ¿Sospecho que hay, o he descubierto ya, secretos en mi familia?
- ¿Existen conflictos de territorio, de negocios, herencias o de dinero en mi árbol genealógico?
- ¿Para bien o para mal, se pone mucha atención al cuerpo y la alimentación en mi familia?
Conocer nuestra diagonal caliente:
- ¿En mi familia hay heridas emocionales por resolver: amores frustrados, duelos no resueltos? (niños muertos, viudedades eternas...)
- ¿En mi árbol existen proyectos frustrados significativos?
- ¿Hay represión o abuso sexual en mi familia? (homosexualidad oculta, incesto, violaciones...)
- ¿Ha existido prohibición para la creatividad, el arte, la poesía... en alguno de mis ancestros?
La diagonal dominante:
El sentido de que una diagonal domine a la otra es por un lado la tendencia a la repetición del inconsciente del árbol y por otro, el deseo de compensación y de resolución de su supraconsciente. La diagonal dominante nos programa nuestro sistema de motivaciones, nos habilita una mirada y nos activa para la acción.
Extraído de “Metagenealogía”, Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa.
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