Paréntesis Musical (♫) sugerido para esta lectura:
El hombre por lo general es una multitud. Por lo general, ningún hombre es uno sino muchos. Y es por esto que hay tanto ruido dentro, muchas voces, muchos rostros y una pelea constante. Una parte quiere hacer una cosa. La otra parte simplemente está contra ella y quiere hacer algo más. Es un milagro cómo logramos mantenernos integrados. De otra manera, estamos constantemente volviéndonos pedazos. No hay centro. Falta el maestro.
Sólo hay criados y cada sirviente está tratando de ser el amo. Por un momento cada criado se sienta en el trono, se proclama a sí mismo el amo y en ese momento piensas: “Este es el amo”. Cuando hay ira, la ira se convierte en el amo, pero pronto se habrá ido. Es una escena de cambio constante. Después de la ira viene el arrepentimiento. Luego el arrepentimiento es el amo y te sientes apenado. Algunas veces es amor, algunas veces es odio y las escenas cambian tan rápido. Todavía no eres consciente de que ya no puedes ser tantas cosas. Nos identificamos con lo que se nos ponga de frente. Cuando la nube de la ira está allí pensamos que somos la ira. Cuando la nube del amor está allí creemos que somos amor. Cuando la compasión está allí creemos que somos compasión. Cuando la tristeza está allí creemos que somos tristeza.
No somos nada de esto, ¡somos el observador! La ira vendrá y se irá y el observador lo tolera. La tristeza llega y pasa y el testigo permanece. Recordar el testigo cada vez más te volverá integrado porque es el único centro que es perpetuo, eterno. Sólo con el apoyo eterno del testigo se puede construir una vida real.
Osho
Fuente: Centro Osho Akeed
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