lunes, 9 de diciembre de 2013

Todo Es Útil

Cuántas veces aquello que hemos juzgado severamente como una debilidad o un defecto propio ha sido visto por otros como un don o un regalo.

Por ejemplo, la timidez de uno puede ser el silencio agradable que otro valora. Incluso gestos o procederes que consideramos poco graciosos en nosotros pueden ser un elemento de atractivo para quien nos ama. O determinadas torpezas que autojuzgamos con severidad son aquello que despierta la ternura en el otro, porque en ellas revelamos nuestra imperfección y humanidad.

Sobre ello, hoy quisiera compartir un cuento lleno de vida que me contó mi querido amigo Francesc Miralles:

“Un portador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón; cuando la vasija rota llegaba, solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos diariamente sucedía eso. Por supuesto, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección, y se sentía muy mal porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador así: ‘Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas tú solo puedes entregar la mitad de mi carga y solamente obtienes la mitad del valor que debieras recibir’.

El aguador le dijo compasivamente: ‘Cuando regresemos a casa, quiero que adviertas las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino’.

Eso hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino. Aun así, la tinaja se sentía apenada porque al final solo quedaba dentro de sí la mitad de agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces:

‘¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello: sembré semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por esos dos años yo he podido recoger estas flores. Si no fueras exactamente tal como eres, con todas tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esta belleza’.”

Y así es, cada uno de nosotros tiene sus propias grietas, y de ellas pueden surgir pequeñas gotas de vida o alegría para los demás.

No nos automachaquemos tanto...

Álex Rovira


∼✻∼
Montaje de Imagen: Manny Jaef 
@alejodorowsky en Twitter

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