Hoy, este enemigo del petróleo –por todos los males que esta sustancia ha ocasionado a la humanidad–; este ser quizá vinculado a las ideas del hinduismo, aclara: “No soy un ser humano, sino una partícula, una parcela de la totalidad” y percibe la sacralidad en lo que realiza. Hombre sin edad ni nombre, pretende acceder a la vida universal tal vez evocando, aunque sea de forma inconsciente, los Upanisads, donde se lee: “Tat tvam asi”, es decir, “Tú eres Dios” o “Tú eres (cada uno de nosotros es) parte de la totalidad, de lo Absoluto”, y esa totalidad puede ser todo, nada, bondad, maldad o indiferencia. “¡Es maravilloso el estar encarnado en un ser humano! –exclama Jodorowsky–. Es también una gran broma, tiene algo de muy cómico. Los peores dramas son cómicos…”.
Alejandro Jodorowsky, el psicomago que lee el tarot y está dispuesto a escuchar a quien se le presente, utiliza la expresión “trampa sagrada” para referirse al escritor Carlos Castaneda: “Sea verdadero o falso, poco importa. Si es una trampa, se trata de una trampa sagrada”, lo que también puede aplicarse a la psicomagia y a la teatralidad que ésta encierra. Finalmente, lo que cuenta para el ahora terapeuta no son sino los actos de bondad que seamos capaces de ejecutar. Lo aclara así en un poema que sintetiza su pensamiento, aquí condensado en este libro guiado por Farcet:
Pequeños actos de bondad
sometidos a la indiferencia de un Dios.
Incapaz de distinguir el bien del mal,
la luz de su sombra.
Nota: Aquí expondré conversaciones acerca de una parte importante de su vida de cineasta, novelista o maestro tarotista. A menudo cómicas, a veces graves y siempre palpitantes, estas entrevistas van de lo particular a lo universal, de la anécdota a lo esencial. Estas “Trampas Sagradas” tienen el fulgor de las historias zen...
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