sábado, 21 de diciembre de 2013

Conflictos En La Pareja

Repetidamente, los individuos presos en la trampa de su árbol genealógico tienden a reproducir a sus padres, buscando de manera inconsciente revivir los sufrimientos de la infancia.

Así, la hija de un padre a menudo ausente puede que se enamore de un hombre que vive en una ciudad lejana, o el hijo de una madre indiferente puede que solo busque mujeres incapaces de amar. Cuando las otras personas no se corresponden con sus proyecciones neuróticas, pasan de largo sin interesarse en ellas. Por lo contrario, si las neurosis concuerdan... inmediatamente se sienten atraídos. Ambos “enamorados” fingen ser lo que el otro quiere que sea, para hacerse mutuamente deseables. Pero hay un momento en que perciben sus diferencias e, incapaces de tolerarlas, entran en conflicto. ¿Qué ha pasado? Han querido encontrar en el otro lo que les faltaba.


Por ejemplo: él muestra cierta astucia intelectual y una sexualidad vigorosa, pero está bloqueado en la expresión de sus emociones y no sabe manejar su vida en lo cotidiano. Ella por el contrario, puede fácilmente organizar la vida diaria y expresar sus sentimientos, pero es frígida y sufre de inseguridad intelectual. Uniendo sus partes realizadas -él, la intelectual y la sexual; ella, la material y la emocional- se equilibran. Pero al poner en contacto sus complejos -él, de inferioridad material y emocional; ella, de inferioridad sexual e intelectual- se sumergen en graves luchas donde deben completar algo del otro y esperar que el otro complete algo de ellos. Nunca obtendrán una entera satisfacción. El sitio que ocupan no es para dos sino para uno. Tendrán esencialmente cuatro clases de conflictos: lucha por existir, lucha por la identidad sexual, lucha por la satisfacción, lucha por el poder.



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Alejandro Jodorowsky en “Manual de Psicomagia”.
Montaje de Imagen: Manny Jaef

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