Constatando que este cambio en la mentalidad popular era aprovechado por escritores sin escrúpulos para, desviándolo hacia un esoterismo vulgar y ridículo, enriquecerse, decidí corregir, aumentar y permitir editar otra vez Los Evangelios para sanar. Era necesario demostrar -primera parte de este libro- que los poderes espirituales que se le atribuyen a Magdalena son los de María y que los Evangelios -como se explica en la segunda- ofrecen un método para «cristalizar» el Cristo, es decir, lograr que lo Universal se refleje en lo Individual, convirtiéndolo en Avatar. (En matemáticas, la transformación de un número por la inversión, por ejemplo 21 en 12, es denominado «un avatar».)
Si nos hacemos conscientes, entregándonos a Su voluntad, de que el núcleo central de nuestro espíritu es un avatar del Dios universal, comprenderemos que nada nos separa de la conciencia cósmica. Avatar proviene del sánscrito Avatara, literalmente «descenso», bajada comprendida como la encarnación divina en un individuo. En el fondo, la esencia del mensaje es que, si aceptamos la presencia de un Dios interior, cada uno de nosotros, no sólo Jesús, Krishna o el Dalai Lama, es un Avatar. Una interpretación correcta de los Evangelios, que corresponda a nuestra época, intentará proponer una Moral satisfactoria basada en la salud y la belleza; y enseñar a los que estén listos y prestos a mutar, el sagrado regreso a sí mismos.
Alejandro Jodorowsky, en la introducción de los Evangelios para sanar
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“¿Soy más que tú? ¿Soy menos que tú? Somos vasos comunicantes. Nada nos separa”.
— Alejandro Jodorowsky
Diálogo vía Twitter
Comentario de una seguidora en Twitter:
- @Kiare975: Claro, por eso los curas pedófilos no van presos y los asquerosamente ricos gozan de impunidad.
Alejandro Jodorowsky: Lo que se dice, se dice en niveles distintos... En la salud del alma somos iguales. En el ego enfermo, diferentes.
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Imagen: Vasos comunicantes by Azeheb
Montaje de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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