Todo lo que somos va subiendo hacia la madurez, y después disminuyendo a medida que nos acercamos a la muerte: el cuerpo físico, la capacidad creativa, la energía sexual, la claridad mental y la memoria recorren la misma curva ascendiente y después, poco a poco, descendiente. La única energía que puede acompañarnos hacia el fin de nuestra existencia con una dinámica de crecimiento sin limite es el amor, la capacidad autentica del corazón humano a unirse con su fuente de amor incondicional, sin objeto y sin limites.
En este taller, propongo desarrollar a la vez el conocimiento de los mecanismos del árbol, y la experiencia de sobrepasar los afectos, las heridas, la rigidez que llamamos “amar” para dar un paso mas hacia el amor verdadero a si mismo y a los demás.
Marianne Costa
Más información: andarescentro@arnet.com.ar
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