sábado, 9 de mayo de 2015

Las Mil Caras Del Hombre Invisible


“El hombre invisible se fabricaba máscaras. Las teñía de todas las expresiones: amor, celos, orgullo, duda, dolor. Antes de salir a la calle las ensayaba frente al espejo. Con la máscara de poder se sentía capaz de dirigir multitudes, con la máscara de seducción pondría a las mujeres a sus pies... queriendo aparentar el mayor número de matices acumuló novecientas noventa y nueve caretas. Para el número mil decidió moldearse una de risa loca. La boca, mostrando enormes dientes, le llegaba de un lóbulo al otro. Cuando la tuvo terminada salió a pasearse con ella puesta. La gente, contagiada por esa grotesca expresión, se puso a reír a carcajadas. Cuando de tanto escándalo volvió a su casa y quiso quitársela: no pudo. ¡Se le había pegado a la piel! Tiró de ella, la rasguñó, le dio tajos, martillazos, inútil. Rabió, aulló, amenazó, lloró, imploró, inútil. La falsa risa ocultó su desesperación. Desfallecido de hambre salió a pedir ayuda. Los ciudadanos, sin darse cuenta de que sus gestos eran de angustia, volvieron a carcajearse. Regresó tristemente aceptando morir en estado de inanición con esa cara de alegría. Al cesar de esforzarse en retirar la mueca se puso a pensar por que le había sucedido aquello, de pronto comprendió. Con energía renovada destrozó las novecientas noventa y nueve caras anteriores. Cuando no quedó una sola entera, la carátula risueña se le desprendió de la piel como un pez muerto. El hombre invisible, desde entonces, aceptó vivir sin cara”.

Tomado del libro: “El tesoro de la sombra”, de Alejandro Jodorowsky 
Imagen: Bye Bye Marcel Marceau by Ben Heine 
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¿Usted qué máscaras usa con más frecuencia: la de la risa, el enojo, los celos, de víctima, de miedo, de seducción, de poder, de humildad...?

¿Qué ha ganado con su uso?

¿Ha perdido algo importante cuando se las quita?

¿Ha dejado alguna vez de usarlas?

¿Sabe cómo lo ven los demás cuando usted, es usted?

Uno de los cuentos más notables de Jodorowsky, el cual fue interpretado en más de una ocasión, como parte de su rutina, por el maestro mimo Marcel Marceau (conocido en el mundo como el maestro del silencio) un innovador en el arte del mimodrama. Esta es una parte del cuento interpretado:

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