Alejandro Jodorowsky, cineasta latinoamericano, estuvo en SXSW para presentar su más reciente película ‘La danza de la realidad’, una pieza en la que el artista volvió a su pueblo natal en Chile para recuperar la historia de su niñez: “Volví al pueblo donde sufrí mucho”.
En la charla en SXSW, Alejandro habló de su trayectoria como cineasta, hizo tarot, dio abrazos, se burló de Hollywood y hasta hizo sanación de psicomagia. Allí tuvo la oportunidad de retomar el valor del artista hoy en día con la fiel creencia de que todavía el arte es el único remedio para transformar al mundo.
En medio de la sala compartió una experiencia personal en la que la muerte de uno de sus hijos fue la culpable de haber tenido que reformularse la pregunta de cuál es la meta del arte. En esta última película, el director chileno convocó a su propia familia para formar parte del proyecto. Su hijo Adanowsky, por ejemplo, se encargó de la música y su esposa fue la responsable del vestuario.
“Estaba cansado de los héroes con pistolas, explosiones, vampiros”, aquí el director vuelve a lo esencial de hacer una película con las condiciones básicas y la profundidad de contar una historia que valga la pena ser escuchada.
Jodorowsky señaló que no se trata de un proceso creativo: “Solo los dioses pueden crear, nosotros somos transformadores, y no los ‘Transformers’ de Hollywood”. Esta película significa para él su propio acto psicomágico.
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