“Me gusta imaginar que escogemos por adelantado nuestro futuro
y que nada de lo que nos sucede es fruto del azar. Ahora bien, si no hay azar, todo tiene sentido”.
— Alejandro Jodorowsky
Todos nacemos con el mismo cerebro. El mismo número de neuronas, en torno a 85.000 millones, las mismas conexiones y la misma distribución a lo largo de la corteza cerebral. Pero todos somos distintos. ¿Por qué? Aparte de por la propia variabilidad genética y de la plasticidad del cerebro en función de los distintos estímulos que recibe, un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (centro mixto del CSIC y la Universidad de Alicante) ha encontrado otra razón: el azar. O, mejor dicho, las colisiones al azar entre las neuronas justo en el momento en el que el cerebro aún está en fase embrionaria, que es cuando las células se distribuyen a lo largo de la corteza. Los genes son los que normalmente dirigen este tráfico, los que se encargan de guiar a las neuronas hacia la posición que finalmente van a ocupar y determinar su función. Pero cuando no existen estos guías son las colisiones azarosas y la posterior repulsión de las que entran en contacto entre sí las que determinan la distribución en la corteza neuronal. La investigación, que se ha centrado en el movimiento de las células de Cajal-Retzius, un tipo de neuronas que se generan muy temprano en el cerebro embrionario, ha sido publicada en la revista científica Neuron. «Las células se distribuyen de forma homogénea por todo el cerebro, pero no todas están en la misma posición en unos individuos o en otros», explica el investigador del CSIC Óscar Martín.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/
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Montaje de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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