El maestro zen Kyogen dijo: Supongamos que un hombre trepa a un árbol y se agarra de una rama con los dientes. Ahí permanece sin que sus pies toquen el suelo. Desde abajo, un monje le pregunta el significado de la venida de nuestro fundador desde el oeste. Si el hombre no responde, estará eludiendo vergonzosamente la pregunta. Pero si abre la boca y pronuncia una palabra, cae matándose en el acto. En tal circunstancia, ¿qué debe hacer?. Cierto monje llamado Koto respondió: “Una vez que el hombre está arriba, colgando de la rama, no puede responder ninguna pregunta”. Si hay algo que preguntar, debe hacerse antes de que trepe al árbol. Oyendo esto, Kyogen lanzó una carcajada. Más tarde, el maestro Setcho comentó: “Es fácil responder colgado del árbol. Responder bajo el árbol es difícil. En vista de lo cual debo yo mismo colgarme de una rama. ¡Venid, hacedme una pregunta!”.
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Alejandro Jodorowsky, en “El maestro y las magas”
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