miércoles, 15 de enero de 2014

¿Sabes Agradecer? Dos Fábulas Sobre El Agradecimiento Y Algunas Frases De Alejandro Jodorowsky

➊- Alejandro Jodorowsky: Cada mañana, al despertar, me lleno de alegría por estar aún vivo, encarnado en un ser humano. Que mi hogar sea un universo infinito, y que mi espíritu sea tan infinito como ese universo, es un milagro que no ceso de agradecer a ese impensable que llamamos Dios. Su energía la siento en cada ser, en cada cosa, en cada centímetro de mi cuerpo y en el centro de mi espíritu como un vertiente luminosa... Atravesé gran parte de mi vida sumergido en la tristeza, buscando el amor en los otros pero sin amarme a mí mismo. Cuando creí haber triunfado socialmente y, sin perder la habitual angustia, me envanecí, una humilde lectora de cartas me dijo: “Usted, señor, aún no se ha encontrado a sí mismo. ¡Qué lástima que se pierda ese regalo!”. Mi orgullo se sintió golpeado. Luego acepté y comencé mi búsqueda. La siguiente fábula quizás pueda ser útil para quienes sin cesar se dicen “Yo no valgo nada”:
Un violento remezón sacudió el cielo y por su causa, una estrella se desprendió y fue a caer a las profundidades del océano. El astro no era orgulloso y le daba lo mismo vivir arriba o abajo y como su explosión interna era incesante, a pesar del agua, continuó brillando como siempre. Su luz invadió la lóbrega oscuridad del fondo. Los peces pudieron, por primera vez, verse tal cual eran. Y eso no les gustó: la comparación con la estrella era inevitable y al lado de esa inmensa fuente sus cuerpos y almas parecían minúsculos. Plenos de furia y envidia, tragaron lodo y se lanzaron contra la extranjera para vomitar y cubrirla de una capa espesa que opacó su alegre resplandor. La estrella, al verse así, olvidando que era emisaria del cielo, comenzó a despreciarse a sí misma y sintió que no valía nada puesto que la razón de su existir era alumbrar el camino de los demás. Se ocultó, inmóvil, en una cueva. Atraídos por la hediondez del barro, poco a poco fueron llegando animales repulsivos que se pegaron a ella. Esta situación duró eternidades hasta que un ser, cubierto de escamas negras, entró en el refugio para descubrir parte de su cuerpo y lanzar un rayo de luz tan intenso que ahuyentó a los sucios monstruos y despertó al astro caído. “¿Quién eres tú, pez increíble, que puedes subsistir en este infierno conservando tu luminosidad?”, preguntó el pobre lucero. “¡Soy una estrella como tú. El remezón celeste me lanzó también al mar, donde me di cuenta que si mostraba todo mi esplendor, en lugar de ayudar crearía enemigos, porque el ser pequeño no soporta a los grandes valores. Si quería hacer el bien, tenía que ocultarme para que nadie se diera cuenta del origen superior de mi ayuda. ¡Ven: no creas que porque no te aman no vales! ¡No te aman porque no te pueden ver! ¿Si no hay conocimiento, cómo puede haber amor?”... La estrella sacudió el barro que la cubría, se disfrazó de monstruo marino y, disimulando su origen, partió junto con su compañero a dar un poco de luz a los negros abismos.

➋- Alejandro Jodorowsky: Algunos políticos, en su embriaguez de poder, olvidan que es el pueblo quien les dio el mando y no cesan de oprimirlo. Cuando terminan su período, esa cruel ingratitud y vanidosa prepotencia es castigada con el repudio, la indiferencia y por fin, el olvido... En la Biblia, nunca se adjudica al hombre la palabra “crear”, sólo se le permite “transformar”. Cabalah, en hebreo quiere decir “lo que es recibido”. Todos los valores que tenemos, no los hemos creado nosotros, los hemos recibido de la conciencia cósmica. Falto de otra palabra para definir esta conciencia, me permito llamarla “Dios”. Si recibimos pensamientos, sentimientos y deseos transformadores, nuestro deber es transmitirlos, actuando como canal, sin creer que somos nosotros los creadores de tales dones. Saber agradecer, es esencial. La siguiente fábula puede ser útil:
Unos niños comenzaron a lanzar piedras hacia el cielo para ver quién llegaba más alto. Los guijarros, que durante años habían reposado en la tierra, al ser sacados de su letargo, agradecían con devoción a esos dedos hábiles y se entregaban eufóricos al impulso que los hacía elevarse hacia el centro del firmamento. Una de las piedras cayó entre las manos del niño más fornido y se deshizo en promesas: “¡Juro que nunca te olvidaré: pagaré tu confianza cuando llegue al cenit!”. Tan rápidamente como sobrepasó a los otros proyectiles en su ascenso, borró de su memoria al lanzador: “¡No le debo nada a nadie: soy hija de mi propia fuerza!” Y un sentimiento de desprecio la embargó.: “¡Yo mando y si alguno de mis inferiores osa negarlo, ordenaré ejecutarlo!” Miró el éter infinito y quiso con angurria llegar a la cúspide. Sin embargo, en medio del triunfo, notó que la carrera iba disminuyendo y que ya no subía como antes. Hizo lo que estaba de su parte para darse impulso. pero no pudo dejar de detenerse. En esos segundos pensó: “Ya no puedo llegar más alto, debo reconocerlo. Pero aquí estoy, arriba de todos. ¡Me apoderaré de este nivel y aquí permaneceré para siempre, aunque tenga que destruir a quien pretenda usurpar mi sitio!” Vanas ilusiones: la gravedad implacable la hizo caer. Se estrelló contra el polvo. Los niños, displicentes, buscaron otras piedras. La nuestra, sacando humildad quién sabe de dónde, rogó: “¡Niños míos, no me abandonen, yo nunca los olvidé! ¡Todo lo que hice fue gracias a ustedes!¡ Vuélvanme a lanzar y les juro que esta vez mi agradecimiento se tornará en bienestar para todos!” ¿Quién iba a oírla? ¿Quién iba a darle importancia a un guijarro inerte?... Otra piedra que cayó junto a él y que había sido menos ambiciosa, le dijo, burlona: “¿Si eres tan fuerte, por qué no saltas tú solita hacia el cielo?”

Fuente (Texto): Plano Sin Fin

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Dos monjes están meditando y uno le dice al otro.
- ¿No se el motivo por el que siempre estás contento? Al cabo del día, los dos realizamos idénticas actividades…
El primero contesta:
- Tú rezas para pedir, en cambio yo lo hago para dar gracias...
Esa es la diferencia entre nosotros.

- Maestro, ¿por qué a pesar de que doy, nadie parece agradecerlo?
Porque obligas a recibir para tener la sensación de que das.

Alejandro Jodorowsky

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“Cien veces al día me recuerdo que mi vida interna y externa depende del trabajo de otros hombres, vivos y muertos, y que he de esforzarme para dar en la misma medida que he recibido y que sigo recibiendo”.
Albert Einstein.

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Algunas Frases De Alejandro Jodorowsky En Twitter Sobre Agradecer:

Agradece los obstáculos porque devoran tus límites.


Sé mudo cuando das y hablas cuando recibes. Agradecer es un arte. Quien lleva la desgracia en su mente, hasta en la sal ve nacer gusanos.

Los que no saben recibir, cuando reciben creen que roban y no agradecen. El que recibe es quien sabe agradecer, por eso es rico.

Agradece la crítica, eso te permite superarte.

No reces para pedir sino para agradecer lo que te han dado.

No busques agradecimientos: el bien que haces considera que te lo haces a ti mismo.

A mi edad, por aceptar la muerte, uno deja de pensar en ella y agradece cada instante de vida, con la alegría de un ladrón que roba una joya.

Agradece desaparecer un día para que la danza de los astros se efectúe en infinita paz.

Olvida un momento lo que te falta y agradece lo que tienes.

Agradece la oportunidad que se te dio de vivir en esta inmensa joya universal, en esta Casa-Dios.

Confía sin dudar, agradece tus tropiezos, acepta que la realidad sin cesar se desintegre.




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Montaje de Imagen: Manny Jaef 
@alejodorowsky en Twitter

2 comentarios:

  1. Gracias a la Vida que me ha dado tanto....(como decía mi buena amiga Violeta Parra). Gracias a Dios que veo, oigo, siento, paladeo, y huelo el Universo entero.
    Gracias al amor, que es Dios mismo.
    Gracias a los números transfinitos, a los fractales, a Mandelbroth, a Einstein, a Jesús, al Internet, a mi buen y querido amigo Alejandro Jodorowsky por ser, por existir, por permitirme amarlos a todos. Gracias al todo, gracias al YO SOY.

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