Los arcanos menores se subdividen en cuatro Palos: Espadas, Copas, Oros y Bastos. Los detalles que presenta cada una de estas familias se corresponden con los cuatro símbolos presentes en el Arcano XXI: El Mundo.
Cada uno de los grupos que conforman los Arcanos menores está compuesto por catorce cartas las cuales se organizan de la siguiente manera: primero se forman las cartas en orden ascendente comenzando por el As (primera carta) y continuando con la número II hasta llegar al número X, posteriormente, las cartas se acomodan de la siguiente manera: Valet o Paje, Reina, Rey y Caballero. En el caso de los Oros no cuentan con número, para su organización se deberá contar el número de oros que aparecen en cada carta comenzando con el As de Oros y culminando con la carta cuyo contenido es de diez monedas.
Los Pajes (Valet)
El Paje de Copas se dirige a la izquierda, es receptivo. Su copa se muestra abierta (receptiva hacia el cielo). Este paje corresponde al ángel de El Mundo.
El Paje de Bastos se dirige hacia la derecha: es activo. Su basto apoyado sobre la tierra muestra que es activo hacia la tierra. Este paje corresponde al león de El Mundo.
El Paje de Oros con un pie en cada dirección lo hace receptivo/activo. Su símbolo está a la vez en la tierra y la mano, receptivo hacia la tierra, se asimila al buey/caballo de El Mundo.
El Paje de Espadas, con los dos pies en direcciones distintas, es de tendencia activa con una tonalidad receptiva. Su símbolo, la espada, apunta al cielo. Activo y celeste, se asimila al águila en la carta de El Mundo.
Correspondencias entre los Palos, los elementos y las energías del ser humano
Los cuatro Palos del Tarot no son los cuatro elementos de la alquimia ni de otros sistemas (espada/aire, copa/agua, oro/tierra, basto/fuego); aunque esto no significa que no podamos inaugurar un sistema de correspondencias.
Este sistema estará basado en la relación de los cuatro elementos que rodean al andrógino de El Mundo.
La espada, símbolo tradicional del Verbo, es un arma que se forja, se templa y se afila, como se agudiza la inteligencia; por ejemplo, mediante el aprendizaje del lenguaje. Representa la energía intelectual y corresponde al águila del Arcano XXI, capaz de elevarse a las alturas, de adoptar un punto de vista más elevado. Su elemento podría ser el aire.
La copa, símbolo crístico del Grial, cáliz, instrumento absolutamente receptivo, es un símbolo antiguo del amor. Podrá, pues, representar la energía emocional. El As de Copas se parece a una catedral y nos recuerda que construir el amor sagrado es un trabajo de orfebre. Corresponde al ángel del Arcano XXI, mensajero divino. Su elemento de referencia podría ser el agua.
El oro es a la vez recibido (como mineral presente en la tierra) y forjado (se acuña la moneda). Asimismo nuestro cuerpo está formado por nuestras acciones, pero también lo recibimos definitivamente. Del mismo modo, el planeta Tierra, que es el territorio de la vida de la especie humana, es uno y completo, pero está explotado y transformado por la actividad de sus habitantes. Se le puede, pues, atribuir la representación de la energía material, de las necesidades corporales del territorio, de las cuestiones relacionadas con el dinero y el cuerpo. Hemos visto que corresponde al buey/caballo. Su elemento de referencia podría ser la Tierra.
El basto crece de forma natural, no se fabrica. Pero se puede seleccionar, pelar... representa la fuerza de la naturaleza que crece, la potencia creativa y sexual. Lo que sentimos por un ser no se inventa: el deseo es un asunto de atracción, una persona nos gusta o no. La sexualidad no es una energía que forjemos, pero podemos canalizarla, incluso sublimarla. Asimismo, la atracción que siente un artista hacia una forma de expresión, el talento, son elementos misteriosos pero que se desarrollan mediante el trabajo. La inspiración es recibida antes de ser puesta en práctica. Hemos visto que el basto corresponde al león de la carta de El Mundo. Combustible natural, su elemento podría ser el fuego.
En la baraja inglesa, los dos Palos receptivos, Copas y Oros, dieron lugar a dos símbolos rojos: Corazones y Diamantes. Los dos Palos activos, Espadas y Bastos, se convirtieron en dos símbolos negros: Picas y Trébol.
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Alejandro Jodorowsky en “La vía del Tarot” (ed. Siruela)
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