1.- Inteligencia pura. El centro intelectual dirige las acciones sin interferencias o aportes de los otros centros, lo que provoca peligrosas reacciones psico-rígidas desconectadas de la realidad (Fanatismo).
2.- Inteligencia emocional. El centro emocional se mezcla al intelecto conduciéndolo a concesiones que lo desvían de lo útil (Debilidad).
3.- Inteligencia sexual. Los pensamientos, dominados por el deseo de poder, se tornan competitivos, invasores (Agresividad).
4.- Inteligencia material. El intelecto, obnubilado por la necesidad de acumular bienes, se entrega a una compra-venta de ideas cuya única finalidad es explotar a sus semejantes (Prostitución).
La única inteligencia válida, sana, útil para el individuo y su sociedad es aquella que reúne las cuatro energías, dándole a cada una de ellas la misma meta. Es decir, las ideas, unidas a los sentimientos, los deseos y las necesidades, nos facultan para elegir las mejores soluciones, aquellas que nos permiten vivir con salud, amor y prosperidad, sin obtener nada para nosotros que no sea también para los otros.
Imagen: Louis Dyer
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