Así que lo primero que me gustaría decir es que la caridad no es una virtud, es tan sólo una ayuda para mantener tu cordura intacta; de otra forma te volverías loco. La caridad no es una virtud, no es un punya; no es que hagas algo bueno cuando haces caridad. Es sólo que te arrepientes de todo el mal que has hecho acumulando el dinero. Para mí la caridad no es una gran cualidad, es arrepentimiento, te arrepientes. Has ganado cien rupias, das diez a la caridad, es un arrepentimiento. Te sientes un poco mejor, no te sientes tan mal; tu ego se siente un poco más protegido. Le puedes decir a Dios: «no solo he explotado a los demás, también he ayudado a la gente». ¿Pero qué clase de ayuda es ésa? Con una mano arrebatas cien rupias, y con la otra diez; ¡ni siquiera los intereses!
Éste es un truco inventado por los llamados religiosos, no para ayudar a los pobres, sino a los ricos. Dejémoslo absolutamente claro, ésta es mi actitud: ha sido un truco para ayudar a los ricos, no a los pobres. Si se ayuda a los pobres, es sólo una consecuencia, un resultado, pero esa no era su meta.
¿Qué es lo que yo les digo a mis sannyasins? Yo no hablo acerca de la caridad; esa palabra me parece fea. Yo hablo de compartir, y con una cualidad totalmente diferente. Compartir... si tienes, comparte, no porque al compartir ayudarás a los demás, no, sino porque al hacerlo estarás creciendo. Cuanto más compartes, más creces.
Y cuanto más compartes, más tienes, sea lo que sea. No es sólo una cuestión de dinero: si tienes conocimientos, compártelos; si tienes meditación, compártela; si tienes amor, compártelo. Cualquier cosa que tengas, compártela, expándela por todas partes; deja que se esparza como la fragancia de una flor en el aire. No tiene nada que ver particularmente con la gente pobre; comparte con cualquiera que esté disponible...
Osho
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