Un pelícano, contento de haber cazado un pez, retardando el momento de tragarlo, lo guardó en su pico. Pleno de orgullo, olvidó que era su alimento. Pasó el tiempo. Un día, frente a otros pelícanos, exclamó: “¡Miren la maravilla que he engendrado!”. Al abrir el pico mostró un nauseabundo pez podrido.
Alejandro Jodorowsky
Ilustración: Pelican by Maya Poluneeva
No hay comentarios:
Publicar un comentario