Es la aparición de lo ilimitado en el espíritu del individuo. Aquello que se presenta como luz no se puede ocultar, ni poseer, su resplandor es para todos y es visto por quien tiene ojos para verlo. Sólo el Todo es luminoso y las partes son oscuras. Cuando la parte deja de aferrarse a sus límites y recibe la Luz, cesa de ser ella misma, (guardando la apariencia de su forma para los otros pero no para sí, porque la Luz aniquila la ilusión de sí) y se convierte en transmisor, puente que une aquello que cree ser con aquello que no es y que se imagina fuera del tiempo y del espacio, aceptando que fuera es una metáfora porque sólo existe el dentro para eso que se vive como parte. Quien recibe la Luz pierde el nombre, la definición, y se hace, por su impersonalidad, guía de los que se aferran a la ilusión de sus límites.
Pueda algún día el día vencer a su sombra
para que, bajo el Sol, aborte la noche invasora
y se disuelva en la luz como una araña negra,
dejando en mi féretro su esqueleto de estrellas.
Alejandro Jodorowsky
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Montaje de Imagen: Manny Jaef
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