“No nos conocemos: nos imaginamos a nosotros mismos”.
— Alejandro Jodorowsky
El no conocernos es un fracaso en sí pero hay algo más grave: el imaginarnos distintos de cómo y lo que somos.
¿Cómo es posible que nos ceguemos, con graves consecuencias, a aquello que es evidente a todos, excepto a nosotros mismos?
Hacemos juicios erróneos de nosotros mismos. Muchos de nosotros hemos sido confrontados en un defecto y lo hemos negado con indignación en el sincero convencimiento de que la acusación no es verdadera y es posible que posteriormente nos demos cuenta de nuestro error y veamos que la crítica era correcta.
La experiencia nos nuestra que frecuentemente, el otro tiene la razón y que, en muchos sacos, el hombre es el peor juez de sí mismo.
Puede ser que tengamos un profundo conocimiento del temple moral del ser humano en general y a la vez ser profundamente ignorantes del propio. Vemos con ojos penetrantes los defectos de otros y esos mismos ojos se nublan cuando se tornan hacia dentro y examinan el propio ser. Más aún, hemos de recordar que el auto conocimiento poco tiene que ver con la astucia o la profundidad intelectual; es más bien un conocimiento primordialmente moral.
En esta era de gran conciencia de sí en la que pasamos mucho tiempo haciendo cosas para nosotros mismos, es sorprendente encontrarnos con tan poco conocimiento de sí.
Autor: Basil W. Maturin
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Imagen: Imagination by Akar Araman
Montaje de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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