martes, 14 de octubre de 2014

Otras Resonancias Espirituales En La Terapia Gestalt (Octava Entrega)

Claudio Naranjo ha señalado lo siguiente: el espíritu del TAOÍSMO, con su fe en la sabiduría de la espontaneidad más allá de la voluntad programada: «Es una espiritualidad que abarca no sólo la esfera real y concreta, sino la corporal, en particular, y la instintiva».

Del SUFISMO, y particularmente de la tradición del CUARTO CAMINO, Naranjo observa la similitud entre Gurdjieff y Perls: la insistencia en el «trabajo», la no evasión del sufrimiento: el «sufrimiento consciente» el trabajo con la atención... El acento en el gozo de vivir, en la alegría de la salud mental, asemeja a Perls a un rabino de la tradición HASSIDICA y la gestalt ha heredado ese aspecto gozoso de la integración del niño espontáneo en el adulto serio y maduro. En síntesis, la espiritualidad de la gestalt según Naranjo se basa en el equilibrio e interacción de lo apolíneo y lo dionisíaco: el desarrollo de una actitud voluntaria de inhibición (que supone una moralidad, un cultivo de la virtud: en nuestro caso, inhibir la conceptualización obsesiva, la manipulación y los juegos o conductas inauténticos), y el desarrollo de la espontaneidad (fe en el impulso, fluidez de la experiencia...). «La integración de la espontaneidad y la deliberación fue uno de los últimos intereses de Fritz y una de sus contribuciones más originales e importantes. Espontaneidad más deliberación es igual a naturalidad inteligente: el modo gestáltico» (Naranjo, 1989, p. 223). Y todo esto está en la esencia de la terapia gestalt aunque haya que poner una frontera lingüística artificial entre lo psicoterapéutico y lo transpersonal. Si trascendemos esta convención podemos percibir la profunda espiritualidad de la gestalt, por ese entendimiento integrador de las polaridades a que antes nos referíamos, por la fe en la sabiduría del organismo, por la comprensión compasiva del Yo-Tú (dialógicos e inseparables), por su esencia taoísta que confía en la espontaneidad y expresividad del impulso al que basta ponerle conciencia... además del énfasis en el aquí y ahora, la invitación a atravesar el impasse y Ia implosión como enfrentamiento con el vacío y con la muerte del ego. Podemos decir que «la Terapia Gestalt y la Gestalt Transpersonal no son claramente separables, la una se funde en la otra como el hielo se disuelve en el agua», acentuando que la espiritualidad de la gestalt está encarnada en el aquí y ahora y en el Yo-Tú: «Lo transpersonal en lo interpersonal» (Naranjo, 1989, p. 204).

Fin

Fuente: fritzgestalt.com
Imagen: Massimiliano Calamelli   



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