“Quienes obtienen el más alto nivel de conciencia,
y logran despertar al Dios interior,
no necesitan arrancar orejas, ni esquivar ataques,
ni presentar su segunda mejilla.
Simplemente ignoran la violencia”.
Un feroz guerrero, después de ultimar a sus enemigos en el campo de batalla, entra en una pequeña aldea con la espada desenvainada, sediento de sangre. Los aldeanos huyen despavoridos, excepto un viejo monje, que medita sentado junto a la puerta de un templo.
-Todos tus paisanos huyeron muertos de miedo -le dice el guerrero-. ¿Por qué tú, vejestorio, no haces lo mismo? ¡Con esta espada puedo partirte en dos sin pestañear!
-Y yo -le responde tranquilamente el viejo-, sin pestañear, puedo dejarme partir en dos.
Iracundo, el guerrero primero parte en dos al viejo y luego, con feroces tajos, lo despedaza entero. Poco a poco se calma. Observa restos sanguinolentos. Y comprende entonces el inmenso valor del anciano. Se corta la trenza, rompe su espada y ahí mismo, ante las puertas del templo, se sienta a meditar.
Muy pocos en la historia de la humanidad han llegado a tener este nivel de Consciencia. Sin embargo existe un método muy efectivo, al alcance de todos, para vivir en paz y nunca en conflicto. Claro está que para lograrlo se necesita desarrollar una gran paciencia.
Alejandro Jodorowsky, en “Cabaret Místico”
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Imagen: War and Peace by Gabriel Picolo
Montaje de Imagen: Manny Jaef
@alejodorowsky en Twitter
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