miércoles, 13 de agosto de 2014

Hacer Lo Que Nos Falta

“¡No te fijes en cuánto das, sino en dar todo lo que eres capaz de dar: aunque sea poco puede ser la semilla de un gran árbol!”
— Alejandro Jodorowsky 

Éste es, quizás, mi cuento breve favorito:

El discípulo le dijo al maestro:

-Maestro, estoy muy desanimado, ¿qué puedo hacer?

Y el maestro respondió:

-Anima a otros.

Vale la pena paladearlo.

Por supuesto, este breve y poderoso relato admite muchas derivadas, como por ejemplo:

El discípulo le dijo al maestro:

-Maestro, estoy sin apenas alegría, ¿qué puedo hacer?

Y el maestro respondió:

-Regala la poca que tienes a los demás.

Sí, en muchas ocasiones, la mejor manera de salir de nuestro pozo o laberinto es dando lo que tenemos, por poco que consideremos que sea, a quien lo necesita. No me refiero solo a lo material. Esencialmente cuando hablamos de valores, de principios, de actitudes lo que damos a los demás nos lo estamos dando a nosotros mismos, y lo que no estamos dando a los demás nos lo estamos quitando a nosotros mismos. Lo que das, te lo das, lo que no das, te lo quitas, una frase de Alejandro Jodorowsky con la que estamos totalmente de acuerdo. 

Al hacer y dar lo que sentimos que nos falta lo cultivamos, lo regamos, lo hacemos crecer como un río. El ejercicio activo y consciente de nuestras habilidades de la naturaleza que sean (intelectuales, emocionales, físicas o espirituales) pasa por una entrega que actúa, a su vez, como factor de multiplicación.

Finalmente somos lo que hacemos mucho más que lo que decimos, y como atinadamente le indica el maestro a su discípulo en el relato, la solución a buena parte de nuestros malestares pasa por la conjugación de dos verbos: amar y hacer.

Porque el AMOR, no es solo querer, es esencialmente CUIDAR (a través de la acción), COMPRENDER (a través del pensamiento) e INSPIRAR (a través de la emoción).


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Imagen: Cosmonaute by Pierre-Lagarde
Montaje de Imagen: Manny Jaef
@lejodorowsky en Twitter

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