jueves, 16 de enero de 2014

SOBRE “TUS DERECHOS” Y “EL ABORTO”

Tus Derechos

Deberías tener el derecho a ser engendrado por un padre y una madre que se amen, durante un acto sexual coronado por un mutuo orgasmo, para que tu alma y tu carne obtengan como raíz el placer. Deberías tener el derecho a no ser un accidente ni una carga, sino un individuo esperado y deseado con toda la fuerza del amor, como un fruto que ha de otorgar sentido a la pareja, convirtiéndola en familia. Deberías tener el derecho a nacer con el sexo que la naturaleza te ha dado. (Es un abuso decir "Esperábamos un hombre y fuiste mujer", o viceversa). Deberías tener el derecho a ser tomado en cuenta desde el primer mes de gestación. En todo momento la embarazada debería aceptar que es dos organismos en vías de separación y no uno solo que se expande. De los accidentes que ocurran en el parto nadie te puede acusar. Lo que te sucede dentro de la matriz nunca es culpa tuya: por rencor a la vida, la madre no quiere parir y, a través de su inconsciente, te enrolla el cordón umbilical a través del cuello y te expulsa, incompleto, antes de tiempo. Porque no se te quiere entregar al mundo, ya que te has convertido en un tentáculo de poder, se te retiene más de nueve meses, secándose el líquido amniótico y tu piel siendo quemada; se te hace girar hasta que tus pies y no tu cabeza comienzan el deslizamiento hacia la vulva, así van al nicho los muertos, con los pies por delante; se te engorda más de la cuenta para que no puedas pasar por la vagina, siendo sustituido el alumbramiento feliz por una fría cesárea que no es parto sino extirpación de un tumor. Negándose a asumir la creación no colabora con tus esfuerzos y solicita la ayuda de un médico que te oprime el cerebro con su fórceps; porque padece una neurosis de fracaso, te hace nacer semiahogado, azulado, obligándote a representar la muerte emocional de quienes te engendraron... Deberías tener el derecho a una profunda colaboración: la madre debe querer parir tanto como el niño o la niña quieren nacer. El esfuerzo será mutuo y bien equilibrado. Desde el momento en que este universo te produce es tu derecho tener un padre protector que esté, durante tu crecimiento, siempre presente. Así como a una planta sedienta se le da agua, cuando te interesas por alguna actividad tienes derecho a que te ofrezcan el mayor número de posibilidades para que, en el sendero que elegiste, te desarrolles. No has venido a realizar el plan personal de los adultos que te imponen metas que no son las tuyas, la principal felicidad que te otorga la vida es permitirte llegar a ti mismo. Deberías tener el derecho a poseer un espacio donde poder aislarte para construir tu mundo imaginario, a ver lo que quieras sin que tus ojos sean limitados por morales caducas, a oír lo que desees aunque sean ideas contrarias a las de tu familia. No has venido a realizar a nadie sino a ti mismo, no has venido a ocupar el sitio de ningún muerto, mereces tener un nombre que no sea el de un familiar desaparecido antes de tu nacimiento: cuando llevas el nombre de un difunto es porque te han injertado un destino que no es el tuyo, usurpándote la esencia. Tienes pleno derecho a no ser comparado, ningún hermano o hermana vale más o vale menos que tú, el amor existe cuando se reconoce la esencial diferencia. Deberías tener el derecho a ser excluido de toda pelea entre tus familiares, a no ser tomado como testigo en las discusiones, a no ser receptáculo de sus angustias económicas, a crecer en un ambiente de confianza y seguridad. Deberías tener el derecho a ser educado por un padre y una madre que se rigen por ideas comunes, habiendo ellos en la intimidad aplanado sus contradicciones. Si se divorciaran, deberías tener el derecho a que no te obliguen a ver a los hombres con los ojos resentidos de una madre ni a las mujeres con los ojos resentidos de un padre. Deberías tener el derecho a que no se te arranque del sitio donde tienes tus amigos, tu escuela, tus profesores predilectos. Deberías tener el derecho a no ser criticado si eliges un camino que no estaba en los planes de tus progenitores; a amar a quien desees sin necesidad de aprobación; y, cuando te sientas capaz, a abandonar el hogar y partir a vivir tu vida; a sobrepasar a tus padres, ir más lejos que ellos, realizar lo que ellos no pudieron, vivir más años que ellos. En fin, deberías tener el derecho a elegir el momento de tu muerte sin que nadie, en contra de tu voluntad, te mantenga en vida.

Alejandro Jodorowsky, en "La danza de la realidad", Ed. Siruela

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Abortos, El Peso De Un Huevo No Deseado

Detrás de cada aborto hay un conflicto maternal o paternal. Analizar los embarazos que no llegaron a término en nuestro árbol nos proporciona información sobre la pareja de los padres, así como sobre la maternidad y la paternidad en los linajes respectivos.
Cuando el cuerpo no acepta al feto, lo vive como una carga, lo trata como un tumor. Lo expulsa en los primeros meses de gestación y se produce el aborto, o lo retiene y hace que se lo extirpen por cesárea.
El feto, con su forma de oreja, sale del nido porque es receptor de mensajes inconscientes de la madre en tono de rechazo: “me da miedo ser madre”, “no quiero ser responsable de ti”, “me asusta que salgas deforme”, “temo que mis padres sean abuelos y se mueran”...
Voluntario o involuntario, el aborto es una pérdida y los efectos psicológicos del mismo son semejantes a los que siguen a la muerte de un ser querido. Superar la pérdida implica aceptar y elaborar el duelo por completo, lo cual no es siempre posible. La psicomagia puede ayudar a superar esa pena profunda por el hijo o la hija al que no se verá crecer.
En psicogenealogía, los abortos como los hijos nacidos muertos y los niños que fallecen de manera temprana, cuentan como un hijo más, por las repercusiones que esas “pequeñas” existencias tienen en el resto de la hermandad.

Fuente (Texto): Plano Sin Fin 

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Pregunta un hombre a Alejandro Jodorowsky:
¿Cómo superar la decisión conjunta, aunque más mía, de haber tenido un aborto con mi novia?
Su respuesta: 
“Ponte una fruta en el vientre, amárratela con una venda alrededor del cuerpo. Que tu novia corte la venda e imite extraer con gran esfuerzo la fruta mientras tú gritas imitando un dolor intenso. Luego coman cada uno la mitad de la fruta. Puede ser un durazno.
El hombre debe ponerse en lugar de la mujer y asumir el dolor físico y moral del aborto. Comparten la pérdida sepultándola en sus cuerpos”.

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“Por mucho que un aborto sea justificado, deja huellas dolorosas en el alma de la mujer. A la herida orgánica se agrega choque de la operación, que ha padecido sin la presencia el hombre que la fecundó.
El aborto, en nuestra sociedad masculina, que generalmente elude su responsabilidad, incumbe principalmente a la mujer y a su feto. Muchas veces, en lo más recóndito, la mujer arrastra una profunda pena por ese hijo que nunca verá crecer. Para que pueda realizarse el duelo la consultante se sienta aliviada, aconsejo este acto:
Concentrándose profundamente, la consultante debe elegir un pequeño fruto (que representará a su feto). Desnuda, lo colocará sobre su vientre y lo cubrirá con las cuatro vueltas de una venda color carne alrededor de su cuerpo. Colocándose en la posición en que padeció su aborto, pedirá a un hombre amado o a un buen amigo que, con un bisturí, corte poco a poco la venda y extraiga el fruto. Durante esta operación metafórica, la consultante dejará surgir su pena y su cólera en forma de quejas o llanto o insultos. Luego, depositará el fruto en una bella caja que ella misma habrá decorado.
En seguida, acompañada de su cómplice, irá a un sitio agradable para enterrar ese ataúd simbólico, llevando en la boca una piedra negra (símbolo mortuorio de la pena acumulada). Cavará la tierra con sus manos, ayudada en esta tarea por el hombre (colaboración que en el pasado no tuvo). Escupirá en el hoyo su piedra negra. Él, que se habrá puesto en la boca un dulce rojo, la besará y le deslizará en la lengua ese símbolo del renacimiento de la vida. Pondrán una planta en la pequeña fosa y, si es posible, harán el amor junto a ella. Si el acompañante es sólo un buen amigo, irán a un café a consumir algo agradable.
En el caso de que la consultante haya padecido varios abortos, aumentará el número de frutos y llevará en la boca tantas piedras negras como corresponda, y así podrá en un mismo acto realizar esta ceremonia fúnebre por todas esas vidas sacrificadas”.

Alejandro Jodorowsky, en “Manual de psicomagia. Consejos para sanar tu vida”

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Aquí Cinco Respuestas Por Twitter De Seguidoras De @alejodorowsky:

@Frany_Vasquez: ¡Tengo 2 hijos “no deseados” que pedí al universo en “un momento no apropiado” y los amo más allá del infinito!
@Nancisar: Imagine el bebe le dice esto: mamá quiero ser deseado, amado, quiero ser tu hijo, quiero ser especial para ti.
@RapidRelief2: ¡Hazte la prueba, por el/ella, POR TI! Test de VIH solo 15 min + info 
@MaruGriguol: Aborta y si es menos egoísta, lo da en adopción.
@Inkruenta: A: No lo tiene y se ahorran sufrimientos mama/bebé. B: Lo tiene, y todos tan descontentos, menos la Iglesia.

...Y tu, ¿qué le responderías a esa mujer?


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Montaje de Imagen: Manny Jaef 
@alejodorowsky en Twitter

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