Prestan al mundo una mirada que no es otra que la de su Superego y, a continuación, se imaginan que son juzgadas, cuando en realidad son ellas las que se juzgan a sí mismas.
Hay que darse perfecta cuenta de que la mirada que se atribuye a los demás es nuestra propia mirada. El mundo nos ve y nos percibe en función de la manera en que nosotros nos sentimos a nosotros mismos. Si nos sentimos muy honestos, el mundo no pone nuestra honestidad en tela de juicio. Por el contrario, si nos sentimos ladrones, atraemos hacia nosotros la sospecha y la desconfianza.
Es importante ser consciente de la manera en que nos percibimos, puesto que es esta mirada sobre nosotros la que determinará la calidad y el tenor de nuestras relaciones con el mundo.
Agrega Jodorowsky: «Unos viven invadiendo el mundo, otros viven escapándose del mundo».
Cuando te despojas de tus creencias y definiciones, el mundo se llena de luz. No es como tú piensas o quieres que sea, es como es.
-¿En este mundo, cómo puedo aprender?
Alejandro Jodorowsky: Enseña.
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Montaje de Imagen: Manny Jaef
@lejodorowsky en Twitter
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