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¿Por donde empezar?
Nuestros “¡No puedo!” son el pestillo que nos cierra la puerta. Nuestros “¡Yo puedo!” son el poder que lo levanta y nos la abre.
El miedo a la vida, proviene de unos padres temerosos hacia la misma. Si fueron temerosos al tomar una decisión, al iniciar algún cambio, etc. Te lo transmitieron, y probablemente el que se te escapen todas las oportunidades se está volviendo una costumbre, y en el peor de los casos ¡no te enteras de que están todas las puertas abiertas!. El miedo y la duda siempre están presentes en ti.
Frase de miedo: “El miedo llamó a la puerta, la confianza abrió y fuera no había nadie”.
Y también se me ocurre: Somos nosotros mismos quienes nos permitimos y nos prohibimos.
Y en realidad, no hay puerta,
Manny ☁
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