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La mentira tendría una doble cara: por una parte es vista como algo negativo, porque supone no ser fiel al otro, al grupo. Y esto se halla penalizado socialmente: hay detector de mentiras, no de verdades porque mentir se relaciona con algo conflictivo, con sentimientos de culpa inconscientes por haber hecho algo “malo”.
Pero a la vez la mentira también favorece la autonomía individual, la fantasía, la rebelión y el cambio, tal como ya planteó Nietzsche. Si los otros actúan injustamente, la fidelidad se rompe. No hubiera habido revoluciones sin conspiraciones y mentiras. Por eso el poder la considera peligrosa, porque haciendo que el sujeto diga siempre la verdad, se le controla.
Y también se me ocurre: Y donde la mentira oscurece, la verdad ilumina; donde las mentiras hieren, la verdad sana; donde las mentiras atrapan, la verdad nos libera.
La verdad es una revelación. Ya está AQUÍ y AHORA,
Manny ☁
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