Normalmente, los poetas son falsos magos, y los magos son malos poetas. Éste es el milagro y el misterio de Alejandro Jodorowsky: que siendo un verdadero mago es, al mismo tiempo, y entre muchas otras cosas, un escritor excelente. La posmodernidad nos ayudó a ver que las distinciones entre géneros “cultos” y “populares” no era más que un invento académico. La lectura de Alejandro Jodorowsky debería servir para comenzar a desmontar otra estructura cultural no menos obsoleta y aburrida, la que opone lo “racional” a lo “irracional”, y también para recordarnos que la literatura no es más que una rama de la magia.
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