lunes, 17 de agosto de 2015

La Ambición Imposible De Un Surrealista

En 1974 todo era posible. Al menos así lo creía el artista chileno Alejandro Jodorowsky. Había alcanzado el punto máximo de su carrera como director de cine apenas unos años antes, tras haber experimentado en el teatro vanguardista. Su película experimental El Topo se volvió uno de los primeros grandes clásicos de culto, le brindó fama internacional y le valió de una millonada de dólares para producir su próximo gran delirio cinematográfico, La montaña sagrada.

La película fue considerada su obra más surrealista a la fecha y le valió a Jodorowsky el crédito suficiente para pensar en una producción aún más grande y exótica. Para este próximo proyecto el cineasta buscó inspirarse en el material de un tercero y decidió adaptar la novela Dune de Frank Herbert, uno de los mayores éxitos literarios de ciencia ficción de aquel entonces. Jodorowsky no había leído el libro, pero un amigo le había dicho que era fantástico y eso le parecía suficiente.

El periplo de cinco años en el que el cineasta intentó y fracasó en filmar la película es el objeto del relato del documental El sueño de Jodoroswky. A través de una entrevista extensa con el director y con los colaboradores detrás del proyecto, el filme presenta a la versión de Dune de Jodorowsky como la mayor obra maestra del séptimo arte jamás realizada.

Para sostener esa afirmación, el artista chileno hace un repaso por cada una de las personas con las que se rodeó para llevar adelante la producción. Jodorowsky tenía en mente reclutar a las mentes más creativas de la época, a las que definía como sus “guerreros”. Y así lo hizo.

El primero de ellos fue el dibujante e historietista francés Jean Giraud, conocido por su apodo Moebius. Giraud realizó 3 mil dibujos para el storyboard de Dune, que actualmente forma parte de un libro monumental que contiene el diseño de producción de la ambiciosa película.

El trabajo de Giraud sería el llamado para seducir a otros grandes artistas, como el especialista en efectos especiales Dan O’Bannon, el ilustrador Chriss Foss y el artista plástico H.R. Giger, quienes años después colaborarían en Alien dirigida por Riddley Scott, otro clásico de la ciencia ficción. Para cada uno de esos reclutamientos, Jodorowsky comparte en el documental una historia extraña tras otra, que lo llevaron a lo largo de varias ciudades del mundo, como si de una versión artística de La gran estafa se tratase.

Fue a la hora de armar el elenco de Dune, sin embargo, que el deseo del director alcanzó otros niveles. Comenzó contratando y entrenando por dos años a su hijo Brontis de 12 años en varias artes marciales para que encarnara al joven Paul, heredero de la Casa Atreides. Su padre sería interpretado por el actor David Carradine, célebre entonces por su papel televisivo en Kung Fu. A ellos le siguieron el líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, el director de cine Orson Welles en el papel de un obeso tirano y el propio Salvador Dalí, a quien Jodorowsky prometió pagarle US$ 100 mil el minuto si aceptaba interpretar al malvado emperador de la galaxia de la novela de Herbert.

Si bien Jodoroswky logró que cada una de estas personalidades aceptara trabajar con él, el chileno nunca logró el único “sí” que necesitaba para llevar a cabo su sueño: el de los estudios de cine en Hollywood. Ya sea por la naturaleza colosal a nivel económico del proyecto, o la ausencia de un filme de ciencia ficción realmente taquillero (Star Wars no sería estrenada hasta 1977), lo cierto es que la visión de Jodorowsky jamás vio la luz del día.

Dune tuvo finalmente su adaptación en el cine en 1984 de la mano de David Lynch. Hoy la película es vista como un experimento fallido y una mancha en el historial creativo del director de Twin Peaks. Jodorowsky, quien en el documental confiesa haber celebrado el fracaso de la película, sostiene que nunca tuvo intenciones de volver a intentar trasladar su idea de la novela de Herbert al cine, a pesar de que su influencia estética e ideológica puede detectarse en otras producciones del género a lo largo de 1970 y 1980.

Según Jodoroswky, hoy de 86 años, su Dune existe en la historia como un “sueño” capaz de “cambiar a las personas”. Para él, eso es suficiente.

Fuente: El Observador
Imagen: Personajes de DUNE diseñados por Moebius

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